COMPRO JOYA, VENDO ORO






Buscando el Eden en los templos del consumo, hemos descubierto, una vez más, que hay que seguir buscando.








Cruzando en coche por diversos municipios de la Margen Izquierda, me fijé el otro día en el nuevo nicho de negocio que se está abriendo camino: Las tiendas que nacen con la denominación de "Compro Oro". "¡Ah, sí!", me dice mi hijo. "Ya me había fijado que estaban abriendo varias. Concretamente en Bilbao, al lado de la Universidad, han abierto una".

Pensativo, no puedo reprimir el esbozo de una sonrisa recordando que no hace mucho el nicho de mercado eran las empresas "financieras", que hasta hace unos escasos dos años estuvieron ocupando el espacio urbano al lado de carnicerías panaderías, bares, tiendas de “todo a cien” y otros comercios de proximidad. Pues claro, la proximidad era su factor de éxito: “acérquese, aquí le facilitamos el préstamo más caro, perdón, quise decir el más barato (je, je, je, piensa, mientras se frota las manos)”.

La falta de regulación o una regulación muy "permisiva" favoreció el nacimiento de muchos chiringuitos de este tipo. Los bancos asustados se quejaban, no porque la ley fuese excesivamente permisiva (que también), sino porque veían que un enorme bocado de SU pastel se les iba a manos “no amigas”.

¡Consuma, gaste… dese un capricho. Nosotros se lo financiamos!

Yo personalmente, en una ocasión, tuve que discutir por teléfono con una vendedora agresiva que necesitaba que le explicase por qué yo no quería un préstamo. ¡Manda Güevos! ¡Yo justificando que no quería un préstamo! Me pillé un cabreo de aupa… conmigo mismo, claro.

Y así hemos vivido gastando y gastando durante unos cuantos años. Sin control, sin miramientos, viviendo el momento. El que tenía porque tenía y el que no tenía porque se empeñaba hasta las orejas: “Ya pagaremos, cariño, que de todas hemos salido hasta ahora, ¿no?”.

Efectivamente, tu lo has dicho muy claro: ¡HASTA AHORA!.

Pues bien, ahora que las cosas se han torcido "un poco", han cerrado “la financiera” pero no hay problema, en la misma lonja nos han abierto una que nos compra nuestro oro.

Busco “Compro Oro” en Google y lo segundo que leo es: Oro Postal, pagamos más. El Comprador de Oro núm.1 en España 100,000+ Clientes Satisfechos en UE

Me hace mucha gracia lo de “más de 100.000 clientes satisfechos en UE”. Ya me gustaría preguntarles por el concepto de “satisfechos”.

Pero admitámoslo, todo esto son ventajas del “comercio de proximidad”, que todo lo tienes cerca. Por eso, solamente cruzando la calle nos fuimos a la “financiera” para comprarle una joya “como es debido” a nuestra señora y ahora idem de lo mismo, es decir, en la misma lonja vamos a venderla “al peso”. Todo ventajas.

En fin, ironías aparte, la situación es muy trágica para muchas familias. Seguramente algunas se han buscado el problema ellas solitas, dejándose llevar por el mensaje machacón que nos ha atolondrado estos años: ¡Consume!, ¡Consume!, ¡Consume! Otras, seguro que más de las que pensamos, son víctimas inocentes de una sociedad sin escrúpulos que llama “clientes satisfechos” a los dramas personales y sociales que estamos viviendo.

Y como ya sabéis, siempre que puedo (y encuentro el video adecuado, también hay que decirlo) aprovecho la ocasión para que veáis como manejamos estos temas en Euskadi.

9 comentarios:

Katy dijo...

Hola Javier muy dura la entrada de hoy, como dices en este parrafo: "Otras, seguro que más de las que pensamos, son víctimas inocentes de una sociedad sin escrúpulos que llama “clientes satisfechos” a los dramas personales y sociales que estamos viviendo".
Es terrible, ya no solo el compro oro, sino que están empeñando hasta los enseres de la abuela.
Siempre fue así, "aguas revueltas ganancia de pescadores" Los espabilados saben sacarle tajadas a la nesecidad.
Menos en Euskadi :)
Un abrazo y Virgencita que me quede como estoy, no vayamos a tener que vender hasta los empastes de las muelas.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Katy:
He estado a punto de añadir lo de la joyas o "enseres de la abuela", pero me parecía recargar mucho el mensaje. No por menos cierto, puesto que los abuelos/as son muchas veces los grandes paganos de nuestros despropósitos.
Un abrazo.

Fernando López dijo...

Hola Javier:

Como dice Katy, "aguas revueltas, ganancias de pescadores" Este tipo de negocios ha existido siempre. Es cierto que ahora se han vuelto a multiplicar. Muchos acudirán a ellos para pagar sus excesos, pero a otros no les quedará más remedio por quedarse en el paro a pesar de no haber participado en la fiesta . De estos últimos me da pena porque no les invitaron a la fiesta pero también la pagan.

En fin, muy triste.
Un abrazo

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Fernando:
Y es que te toque pagar sin haber participado en "la fiesta" es lo que más duele. Precisamente en ese grupo está gran parte de los que ahora lo están pasando fatal.
Un abrazo.

Caminante dijo...

Nadie explico a la gente por qué no había problema en pedir un prestamito hasta para mega - celebrar la comunión de la niña y ahora nadie les explica por qué se ha acabado la fiesta.
Cuidate

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Jose Luis:
Claro, la gracia está en la "letra pequeña", es decir, que mejor no explicamos nada no vaya a ser que se lo piensen dos veces.
O sea, que nos podemos informar pero por nuestra cuenta. Por eso la letra es cada vez más pequeña. Yo ni con gafas consigo leer esos panfletos.
Un abrazo.

Josep Julián dijo...

Como decía un comentarista de mi blog a una entrada parecida a la tuya, la cosa es que parece que somos el país sudamericano más cercano a Europa porque eso del amor al oro y por extensión a todo lo que reluce nos priva.
La cosa se complica cuando los sueños se convierten en pesadilla porque, en efecto, los mismos que antes nos daban crédito para comprar ahora se dedican a comprarnos lo que aún tenemos de valor para descubrir que aquello que se financió por 100 ahora nos pagan a 10. Y luego nos preguntamos por qué baja la inflacíón.
Un saludo.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Josep:
Y es que se lo tienen montado de tal manera que a los sueños sólo llegan unos pocos y el resto sólo se queda con las pesadillas. Lo de la inflación tiene su gracia. No se me había ocurrido pensar que el precio que se paga en los COMPRO ORO influyese. Bueno, ahora que hay más que bares, seguro que sí.
Un abrazo.

Katy dijo...

Te dejo un regalito en mi blog de Ciudadana del mundo: http://katy-ciudadanadelmundo.blogspot.com/2010/04/6-mimos-cuanto-carino.html
casi a sabiendas que no lo vas a recoger. (Me haría ilusión e igual me llevo una sorpresa )
Pero lo he hecho con el fin de reconocer que tienes un blog fantástico y por darlo a conocer a más gente para que otros puedan también disfrutar de ellos.
Un abrazo

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