SE OS ACABA EL TIEMPO

Incrédulo ante lo que últimamente están viendo mis ojos, pregunto:

¿Por qué la Iglesia se preocupa tanto por la vida del no nacido y se preocupa tan poco de la vida de los nacidos?
¿Por qué la Iglesia se preocupa tanto en decirme cómo y con quién tengo que hacer el amor?

¿Por qué la Iglesia se preocupa tanto en decirme cómo tengo que educar a mis hijos y qué tipo de familia tengo que crear?
¿Por qué la Iglesia se preocupa tanto en decirme CÓMO TENGO QUE VIVIR?

¿Por qué se escucha su sonoro SILENCIO en relación a las personas y familias que son desalojadas, sin piedad, de sus casas?
¿Por qué se escucha su sonoro SILENCIO cuando se habla de los millones de niños que, sólo en España, no pueden hacer ni siquiera 2 comidas al día?

Por qué se escucha su sonoro SILENCIO ante las guerras provocadas y mantenidas por los países occidentales en Afganistán, Irak, Palestina, Chad, Etiopía… y por las masacres que estos mismos países provocan entre la población civil, justificándolo como daños colaterales?
¿Por qué se escucha su sonoro SILENCIO ante las barbaridades que las dictaduras han cometido, cometen y... cometerán, muchas de ellas apoyadas directamente por ustedes?

¿Por qué se escucha su sonoro SILENCIO ante la tragedia de la inmigración y sus terribles consecuencias como las catástrofes de Lampedusa y las “concertinas” de Melilla?

¿Por qué se escucha su sonoro SILENCIO ante la explotación esclavista de seres humanos, especialmente de niños, en el tercer mundo?
¿Por qué se escucha su sonoro SILENCIO ante la violación, la prostitución y en general, ante la violencia en contra de las mujeres?

¿Por qué ante tanta injusticia la única solución que se ofrece desde la Iglesia, su Iglesia, es la Oración y la Caridad, olvidándose descaradamente de reclamar JUSTICIA (y no me refiero a la divina)?
¿Acaso no es la sociedad, a través del Estado la responsable del reparto de la riqueza y de impartir justicia y no la caridad individual?

Y en definitiva: ¿Por qué la Iglesia, su Iglesia, se preocupa tanto en mantenernos sumisos y dóciles?
Yo mismo respondo: Porque es la única manera de mantener sus privilegios, porque son ustedes los insustituibles cómplices de los opresores de esta sociedad.


De mi amigo Luis Potes para la ocasión

Pero esto sólo es un espejismo. Sí, es cierto que con el gobierno actual, están teniendo la ocasión de revivir episodios de la historia que es mejor no recordar, episodios de los cuales fueron ustedes grandes y tristes protagonistas, para desgracia de todos nosotros. Sí es cierto, pero todo lo que está sucediendo ahora sólo significa un breve alto en el camino; ni siquiera es un paso atrás. Y digo que sólo es un alto en el camino, porque la LIBERTAD, la INFORMACIÓN, la EDUCACIÓN y ahora las REDES SOCIALES, están acabando con su poder y ustedes lo saben. Ustedes tienen un gran problema y es que no pueden “cambiar”. Sí, CAMBIAR. El CAMBIO. Magnífica palabra que no entra en su diccionario. Porque si ustedes cambiasen, ¿Cómo podrían justificar su impresentable actuación anterior? Lo que antes estaba prohibido por Dios, ¿ahora no lo está? ¡Por favor...! ¿Acaso el cambio se debe a un mandato divino? ¿Quizá a una reinterpretación de la Biblia? ¿Es que antes estaban equivocados en su interpretación y ahora no? ¿Y por qué no al revés? ¿Dónde está la verdad? ¿Quién tiene línea directa con el MÁS ALLÁ?

Permítanme una reflexión final: La nueva ley del aborto, la ley Wert de educación, los cambios legislativos que consigan a través del gobierno actual, serán inútiles. Sólo son un pequeño alto en el camino. Nada más.

Señores de la Iglesia, sus días están contados. Sus seminarios están vacíos, tienen un gravísimo problemas de reemplazo generacional. Las Iglesias están vacías. La gente no bautiza a sus hijos. Los pocos que se casan “por la iglesia” sólo lo hacen para no desairar a la abuela.

Señores de la Iglesia: Me congratula decirles que ya muy poca gente les cree.

Llegará un momento y no tardando mucho, en el que ustedes ya no podrán vivir más a costa de mis impuestos, de nuestros impuestos, sino sólo con las cuotas de sus cotizantes, que es lo que tendría que haber sucedido desde siempre. Llegará un momento, y no tardando mucho, en el que la fuerza del progreso, de la evolución cultural, ética y moral de la sociedad conseguirán que sus preceptos rancios y anquilosados simplemente desaparezcan.

Señores de la Iglesia: Se les está acabando el tiempo. Pasada la segunda mitad del siglo XX la información, la formación, la cultura... han entrado en nuestras vidas y eso simplemente ha sido el primer paso para un declive que ya estaba tardando mucho.

Señores de la Iglesia: les queda a ustedes muy poco tiempo.
Señores de la Iglesia: están ustedes acabados.

4 comentarios:

Tracy dijo...

Espero que tus vaticinios se cumplan.

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Tracy:
No me cabe ninguna duda de que así va a ser, aunque nosotros no lo veamos.

Antorelo dijo...

Esperemos que así sea.
Un abrazo

Javier Rodríguez Albuquerque dijo...

Hola Antorelo:
No tengo ninguna duda de que será así.
Un abrazo.

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